CAPITULO 3
-Marta, Marta…
Abrió los ojos. Parecía un poco desorientada.
-¿Dónde estoy? –Dijo, con
los ojos entre abiertos.
-En el hospital, te has
desmayado. –Contesté
Entró la enfermera.
-Clara, me puedes
acompañar un momento, te he de hacer unas preguntas –Me preguntó
-Claro
Salimos de la habitación y nos dirigimos a un despacho. Allí estaba el
doctor, los padres de Marta y su hermana. La enfermera salió del despacho.
-Clara, cuéntanos, ¿Qué ha
pasado cuando Marta se ha desmayado? –Me preguntó el doctor.
-Llegué a la puerta de su
casa, ella me estaba esperando. Nos dimos los buenos días empezamos a andar
hablando y cayó desmayada.
-¿Simplemente eso?
-Si, eso mismo. –Le dije
haciendo señales de que se fueran los padres y la hermana.
-Ari, Sonia y Guillermo,
pueden salir un momento del despacho, necesito quedarme a solas con Clara.
–Dijo, guiñándome un ojo.
Cogieron sus cosas y salieron.
-Cuéntame
-No puede salir nada de
aquí, y menos a la familia.
-Tranquila –Me contestó
con una sonrisa gratificante.
-Ayer por la noche las dos
fuimos a casa de una amiga a ver una serie y cuando nos fuimos, Marta me
confesó un secreto. Me quedé paralizada, y le dije que ya hablaríamos. Esta
mañana, cuando he ido a su casa, le he dicho una mala noticia que tenía relación
con lo que me confesó ayer por la noche, y supongo que de la mala noticia se ha
desmayado.
-Clara. Necesito saber la
mala noticia.
-Esto… le prometí que no
se lo contaría a nadie. –Dije preocupada.
-Estamos hablando de su
salud. Lo que te haya contado ella, o lo que le hayas dicho tú, puede ser la
clave para saber la causa del desmayo y muchas más cosas.
-Esta bien… Marta se lleva
muy mal con una chica, Nerea. Pues Marta se lió con el novio de Nerea. Marta no
sabía que el chico este con el que se lió es el novio de Nerea, y esta mañana,
cuando se le he contado que es el novio de Nerea, del susto, se ha desmayado.
-Muy bien… bueno, esto es
información suficiente para saber las causas del desmayo.
-Doctor…
-Dígame
-La familia de Marta no se
puede enterar de esto. Por favor, prométame que esto solo lo sabrán los médicos
que sean necesarios. Nadie más. –le dije.
-Por supuesto Clara, ya te
he dicho que no se lo contaría a nadie.
-Muchas gracias, doctor.
Una última pregunta… ¿Marta va a quedar ingresada?
-Aún no lo podemos saber,
lo he de hablar con los demás médicos. De todas formas, tú deberías irte al
instituto, ya vendrás a verla después.
-Claro… bueno voy a
despedirme y me voy.
-De acuerdo. Adiós.
-Adiós.
Salí del despacho. Eran las nueve y media, con un poco de suerte llegaba a
la tercera clase. Me dirigí a la habitación de Marta.
-¡Hola cielo! –Me dijo.
-¡Hola guapa! ¿Qué tal te
encuentras?
-Bien, bien.
-Me alegro… esto… me he de
ir al instituto, a las diez empieza mates y sabes que no se me da muy bien. En
cuanto acabe el insti vengo a comer contigo, ¿vale?
-Claro. Pásalo bien. Nos
vemos
-Nos vemos, cielo.
Empecé a caminar muy rápidamente. El hospital estaba bastante lejos del
instituto. Tenía media hora si quería llegar a tiempo. Echaba de menos a Jordi,
y empecé a acordarme de cómo acabamos siendo novios.
Llegué a mi casa y me fui flechada a mi habitación. No lo podía creer. ¡Mi
amor platónico le confesó a su novia que está enamorado de mí! No era posible…
Y el beso… Eso fue el colmo. Estaba súper enamorada de él, y como me había
dicho Laura hacía tan solo una hora, ahora ya tenía vía libre. Entonces dudé
unos instantes si debía llamarle, para pedirle perdón por cómo había
reaccionado por lo del beso, y para quedar y aclarar las cosas. No hizo falta.
Tenía una llamada entrante y era de él.
-¿Si?
-Hola Clara.
-Hola Jordi, justo ahora
te iba a llamar.
-Llamaba para disculparme
por lo del beso. No debería haberlo hecho si tú no querías.
-Tranquilo Jordi. Ha
estado muy bien. Yo iba a llamarte para pedirte perdón por cómo he reaccionado.
-Tranquila, es normal que
cuando un chico que no te mola te da un beso, reacciones de esa forma…
-Verás… ¿Podemos quedar
para hablar? Quiero decirte una cosa, pero mejor a la cara.
-Claro. ¿Me acerco a tu
casa?
-Si por favor. Un beso.
-Un beso.
En cinco minutos ya había llegado. Entramos a mi casa y nos dirigimos a mi
habitación. Nos sentamos en la cama y rompí el silencio.
-Verás Jordi... Aunque
reaccionara tan mal después de lo del beso… -estaba nerviosa, no sabía cómo decírselo-
en realidad… pues me gustas.
-¿En serio?
-Si –respondí
Entonces fue cuando él se me acercó mucho, demasiado, y me volvió a besar.
-Si tú me gustas y yo te
gusto… -Me susurró al oído
Me siguió besando y yo me dejé llevar. Empezó a meter la mano por debajo de
la camiseta. Me puse muy nerviosa, ahora no era el momento.
-Jordi, para por favor. –Dije
-¿Por qué?
-Por favor, para.
-Que pasa, ¿no quieres? –Me
preguntó al oído, sin sacar la mano de debajo de mi camiseta.
-No es eso.
-¿Entonces?
-Jordi, soy virgen. –Le contesté,
avergonzada por lo que acababa de decir.
Que recuerdos.
Había llegado al instituto. Justo a tiempo entré en la clase y me dirigí a
Laura. Tenía que contarle lo que había pasado.
-Laura, Marta está en el
hospital.
-¿Cómo? ¿Qué ha pasado?
-Luego te cuento que
empieza la clase. –Le dije, dispuesta a salir corriendo hacía mi sitio. El profesor
me estaba mirando.
Me senté en mi silla y saqué los libros. Esta vez, intenté seguir la clase,
aunque me fue casi imposible, no entendía nada de lo que el profesor decía. La hora
de clase pasó muy lenta. Al fin sonó el timbre. Teníamos cinco minutos de
descanso, después el examen de ‘’míster ardilla’’ y literatura.
Marta vino corriendo a dónde yo estaba sentada.
-Clara, ¿qué ha pasado? –Me
preguntó preocupada.
-Tranquila, solo se ha
desmayado –Le dije, intentando consolarla.
-¡Joder! ¿Y cómo está?
-Bien, tranquila. Después si
quieres vienes conmigo al hospital a verla.
-¡Ufff! ¡Menos mal! Si, te
acompaño.
Llegó ‘’míster ardilla’’ y todo el mundo se sentó en la silla. Hicimos el
control y seguidamente la clase de literatura. Se me hizo eterno. Sonó el
timbre y salí con Marta de la clase. Recorrimos los pasillos y llegamos a la
puerta. Y allí estaba Jordi, esperándome con una sonrisa de oreja a oreja y un
ramo de flores. ¡No lo podía creer!
Bajé las escaleras rápidamente y salté a sus brazos.
-Amor, ¿qué haces aquí? –Pregunté,
súper feliz de que hubiera llegado.
-Nada, que nos ofrecieron
de volver unos días antes, y aquí estoy. No te dije nada porque quería darte
una sorpresa. –me dijo, mientras me cogía la mano para irnos. –Te llevo a comer
a un sitio fantástico. Te encantará.
-Me encantaría pero hoy no
puede ser. Marta está en el hospital y le prometí que iría a verla.
-¿Qué ha pasado?
-Luego te cuento. ¿Nos acompañas?
–le pregunté
Entonces Laura se dirigió a nosotros. Se acerco a Jordi y se dieron dos
besos. Cogimos un taxi y nos dirigimos al hospital. En cuanto llegamos, nos
dirigimos a la habitación dónde esta mañana estaba Marta. Y allí estaba.
-Hola cielos –nos saludó –Ei
Jordi, ¿Qué haces tú por aquí?
-Nada, que he vuelto unos
días antes y me han dicho lo que te ha pasado. Y aquí estoy.
En ese momento, entró el doctor por la puerta y nos dijo que saliéramos un
momento de la habitación. Obedecimos y en cuanto estuvimos fuera dijo:
-Marta es anoréxica. Quedará
ingresada en la planta de psiquiatría desde hoy mismo.
Holaa!! Quiero decirte que tu historia es increible!! No tires la toalla sigue!! Bueno a lo q venia, te he afiliado en mi blog, ya q me encanta tu historia y tambien Polseres Vermelles, y me preguntaba si me podias afiliar http://losjuegosdelhambrecontinua.blogspot.com.es Besos :3
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